Página Principal

jueves, 26 de mayo de 2016

Conducta de la Iglesia frente al divorcio

 
"Hay que reconocer, por consiguiente, que la Iglesia católica, atenta siempre a defender la santidad y la perpetuidad de los matrimonios, ha servido de la mejor manera al bien común de todos los pueblos, y que se le debe no pequeña gratitud por sus públicas protestas, en el curso de los últimos cien años, contra las leyes civiles que pecaban gravemente en esta materia[48]; por su anatema dictado contra la detestable herejía de los protestantes acerca de los divorcios y repudios[49]; por haber condenado de muchas maneras la separación conyugal en uso entre los griegos[50]; por haber declarado nulos los matrimonios contraídos con la condición de disolverlos en un tiempo dado[51]; finalmente, por haberse opuesto ya desde los primeros tiempos a las leyes imperiales que amparaban perniciosamente los divorcios y repudios[52]. Además, cuantas veces los Sumos Pontífices resistieron a poderosos príncipes, los cuales pedían incluso con amenazas que la Iglesia ratificara los divorcios por ellos efectuados, otras tantas deben ser considerados como defensores no sólo de la integridad de la religión, sino también de la civilización de los pueblos. A este propósito, la posteridad toda verá con admiración los documentos reveladores de un espíritu invicto, dictados: por Nicolás II contra Lotario; por Urbano II y Pascual II contra Felipe I, rey de Francia; por Celestino III e Inocencio III contra Felipe II, príncipe de Francia; por Clemente VII y Paulo III contra Enrique VIII, y, finalmente, por el santo y valeroso pontífice Pío VII contra Napoleón, engreído por su prosperidad y por la magnitud de su Imperio."
 
S.S.Leon XIII, ARCANUM DIVINAE SAPIENTIAE, punto 19
 
 Enlace de la Encíclica completa:

No hay comentarios:

Publicar un comentario